En esta entrada veremos lo que puedes esperar de tu primer año como dueño de un bar o restaurante. Es importante ser consciente de ello, para no dejarte sobre pasar por estas dificultades que se suelen encontrar todos los dueños su primer año, y porque no intentar evitar des de un inicio. Aunque no siempre podrás evitarlo, es mejor conocer que puede pasar que te venga de primeras. Así que vamos a ver los principales problemas que te pueden encontrar tu primer año como dueño.
Costes extras
Los costes extras son de lo más común y lo que puede llevar más problemas en el primer año de tu negocio. Es muy difícil tener un cálculo exacto y preciso de los costes que vas a tener si nunca antes has tenido un bar o restaurante. Puedes tener una idea de los costes más típicos, pero la realidad es que vas a encontrar con costes que no esperabas. Puede ser tonterías, o algunas que tienen un gran coste. Por ejemplo, si tienes una máquina nueva, puede romperse o necesitar una reparación. Una vez te pones como dueño, vas a empezar a ver todos los imprevistos que pueden salir.
La forma de abordar esta situación es tener un fondo de reserva. En el tener cierta cantidad de dinero que sabes que te va a servir en caso de costes no esperados. Es una forma de tener un control de los gastos y poder pagar siempre que tengas un improvisto. Ten el fondo siempre lleno, porque nunca sabes cuándo puede pasar cualquier improvisto. Una vez hayas pasado tu primer año, podrás tener una idea de lo más frecuente que suele suceder y en un inicio no esperabas.
Exceso o falta de personal
Esto es algo muy frecuente cuando no puedes saber la cantidad de clientes que vas a tener. Los primeros meses, sobre todo va a ser de los aspectos más complicados al que te vas a enfrentar. En la gestión de un equipo y la contratación, tendrás que aprender a manejar y lidiar con todos los problemas que puede tener tu personal. Y aquí se presentan dos escenarios, o que tengas demasiados trabajadores para la cantidad de clientes, por lo cuál te podrías ahorrar un salario, o que tengas demasiados clientes para la cantidad de trabajadores. Esta también es mala, ya que el servicio que ofreces no es tan bueno, pero es más deseable.
La forma de solucionar o enfrentarte a este problema es con una planificación en los primeros meses de los clientes. No podrás tener en cuenta días especiales que por alguna circunstancia no venga nadie o se llene, pero si el 90-95% de días. Si apuntas la cantidad de clientes o trabajadores que necesitas cada día en diferentes horas, podrás hacerte rápido a la idea de si te hace falta alguien más o no necesitas tantos trabajadores. Esto puedes dejar de hacerlo una vez tengas una idea, pero si empiezas a crecer y tener más clientes, puedes usar otra vez la planificación para ver si necesitarás más trabajadores.
Informes financieros erróneos
Algo muy frecuente en los inicios es tener números erróneos y creer que tienes beneficios cuando no es el caso. Si intentamos llevar nosotros todas las cuentas y no nos apoyamos de un experto, lo más seguro es que te dejes cálculos importantes que determinan si estas tendiendo beneficio o no. Muchas veces se centra en mirar al corto plazo, y no se tiene en cuenta las amortizaciones. Lo que genera falsas expectativas y resultados.
La solución es tener gente externa o contratar un experto si el presupuesto te lo permite, para tener los números lo más ajustado y correcto posible. O puedes aprender cómo hacerlo tú, y con el paso del tiempo podrás hacerlo de una forma precisa para ver la rentabilidad del negocio. Aunque el primer mes o segundo no puedas hacer los cálculos muy precisos, lo importante en un negocio es el largo plazo, y seguramente en un tiempo ya podrás ver los números correctos por tu propia cuenta.
Estilo de vida y concepto de marca
Acostumbrarse a la vida de propietario si nunca antes has tenido un negocio es algo duro. No esperes tener un negocio y que todo funcione de forma fácil y fluida, sino más bien lo contrario. Al igual que el primer punto con los costes extras, vas a encontrarte varias situaciones que tendrás que lidiar con ello y será tu responsabilidad. Por lo que muchas veces puedes encontrarte trabajando más horas que una jornada normal, o días festivos para muchos.
Otra cosa es tu concepto de marca, que tendrás que ir cambiando con el tiempo y el primer año es difícil ver lo que quieren los clientes de ti. Por ello, llevar una buena estrategia detrás para estar preparado si entra más competencia, es importante.